
Tomar la decisión de si comenzar un proceso judicial o no resulta complicado para quien se ha visto afectado por el problema de que se trate. Para cualquier persona que sea ajena al ámbito del derecho supone no sólo unos gastos, si no también nervios, incertidumbre, problemas personales y en ocasiones, hasta problemas de salud.
Por ello, es importante buscar el mejor asesoramiento, un profesional que ayude, oriente y acompañe durante todo el procedimiento.
En este post se dan unos consejos generales para cualquier problema legal, aunque cada situación es diferente y más dentro de distintas áreas.
Lo primero siempre tiene que ser tratar de conseguir una solución extrajudicial y llegar a un acuerdo. No siempre se obtendrá el resultado deseado y habrá que ceder en algún aspecto, pero en muchas ocasiones, que ambas partes rebajen sus expectativas permite poner fin al problema en menos tiempo y con menos gastos.
Obviamente, esto no es siempre posible y hay ocasiones en las que no hay otra opción más que instar un procedimiento judicial e “ir a juicio”, bien porque todos los intentos de solucionar el asunto de forma amistosa no hayan tenido éxito, bien porque seamos la parte demandada y no tengamos otra alternativa.
En los casos en que comencemos con la reclamación judicial, es muy importante saber si la otra parte es solvente o no. Si no lo es, no tendrá ningún sentido incurrir en unos gastos para obtener una sentencia favorable que va a cumplirse muy difícilmente.
En relación con los profesionales intervinientes, abogado y procurador, es importante pactar sus honorarios previamente y dejar este aspecto por escrito para evitar sorpresas posteriores. El abogado que se elija debe tener conocimientos en la materia de que se trate, no es lo mismo un proceso de divorcio que un despido laboral, y entender qué es lo que cada cliente quiere conseguir.
Si se tiene contratado un seguro de hogar, es muy útil revisar sus cláusulas para saber si incluye asistencia legal o defensa jurídica, y poder recuperar todo o parte de lo abonado.
Por último, no siempre se gana, por lo que en el caso de que la sentencia no sea favorable, hay que valorar bien si recurrirla o no. En ocasiones, el resultado de la primera sentencia no varía y recurrir conlleva de nuevo más gastos y puede que nuevas condenas en costas. De nuevo, el abogado es muy útil en este momento, ya que debe ser claro y honesto y asesorar al cliente sobre la viabilidad que pueda tener el recurso.
Esto son sólo unos pequeños consejos, pero como se apuntaba al principio, quienes no están familiarizados con este ámbito suelen necesitar ayuda para poder decidir, así que, si tienes cualquier duda, envía tu consulta gratis y recibirás respuesta en un breve plazo.

INFORMACIÓN
Servicios jurídicos de calidad y confianza, con un trato personalizado prestando atención a tus necesidades. Consulta gratuita y sin compromiso en un plazo máximo de 24 horas.
Copyright 2020 | Página web creada por lauracanadilla.com